domingo, 1 de noviembre de 2009

MONTEVIDEO

Después de 23 horas de viaje llegamos al hotel donde nos estamos alojando estos días, céntrico y ruidoso como esta parte de la ciudad donde estamos.






Nos recibe un tremendo calor que se ha convertido en frio y lluvia. Tremendos aguaceros nos han caído. Montevideo es una ciudad tranquila llena de recuerdos del pasado que se manifiestan en impresionantes y decadentes edificios. Otros muchos a medio construir y rodeados de horrorosas moles; pero también tiene una bahía especialmente hermosa, sobre todo la parte de los ricos como suele pasar y más en este tipo de países.





La hemos recorrido acompañados de amigos de amigos que nos han mostrado también su parte oculta, esa donde normalmente no se suele llegar.



Por supuesto no nos podían faltar las parrilladas, aquí hasta el sushi lo hacen a la parrilla. Nos hemos regalado un par de ellas en el Mercado del Puerto, un antiguo mercado reconvertido en templo de la gula. Las parrilladas, los chivitos tipo hamburgesas lugareñas y el vino uruguayo que lo hay bueno y barato nos han acompañado estos días.



 

Hoy como domingo nos ha tocado dar un paseo por los rastros aquí llamados ferias. Hay dos uno típico, antiguo, de multitud de cosas habidas y por haber; y el otro en el Parque Rodo moderno, donde sobre todo se encuentra ropa.




Mañana salimos para Rocha y el cabo Polonio en un cutre cochecito que hemos alquilado, estaremos por allí una semana, dicen que es el Paraiso, os lo contaremos a la vuelta.

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